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EVARISTO FDEZ. DE VEGA
Martes, 21 de julio 2020, 08:00
Los merenderos del río Gévora vuelven a estar limpios. De ello dan fe los componentes de la Tropa Solidaria, un grupo de la parroquia Virgen de Guadalupe que ayer recorrió a pie el camino que discurre junto al semillero de empresas de la carretera de Cáceres para retirar los desperdicios que una semana antes afeaban ese paraje fluvial situado a solo 5 kilómetros de la ciudad.
Todos los participantes habían sido convocados a las 8 de la mañana en el estacionamiento de autocaravanas que hay junto a la cabecera del Puente de Palmas, lugar de inicio para una marcha que tenía como objetivo devolver la belleza a un entorno natural privilegiado. Cuando llegaron ayer por la mañana a limpiar ya había sido retirada la mayoría de la basura. Eso no los desanimó, sino todo lo contrario, y decidieron recoger los restos que aún había porque lo importante de la actividad era la sensibilización.
Para Finibus Díaz Thovar, que compagina la coordinación de la tropa con su trabajo como profesora en el instituto de Valdelacalzada, era una nueva oportunidad para transmitir valores a los chavales que desde hace varios años participan en la Tropa Solidaria, un grupo impulsado por la parroquia Virgen de Guadalupe que da continuidad a la formación de los niños desde que hacen la primera comunión hasta que comienzan a prepararse para la confirmación.
Cada curso, los participantes abordan un tema específico. Un año analizaron las situaciones de pobreza de África, un continente al que se ayudó desde la parroquia a través de un proyecto solidario en Mozambique con el que se implicaron todos los grupos que se reúnen en este templo. Otro, se abordó la realidad de Apnaba y Aspaceba, cuyos centros dedicados a la atención de personas con autismo o parálisis cerebral fueron visitados por los chicos de la Tropa Solidaria.
«También vimos la realidad de Siria tras la guerra y este año hemos abordado una ecología integral que trabaja en el cuidado de la casa común», explica Finibus, que considera imprescindible animar a los niños a cambiar esas realidades.
Con ese objetivo han elaborado durante este curso un decálogo con las propuestas realizadas por el Papa Francisco en la encíclica 'Laudato Sí', donde se abordan las consecuencias que tiene el consumo desbocado de recursos naturales. «Realmente hemos visto que nuestro comportamiento causa pobreza en otras partes del mundo».
La primera acción concreta se realizó a comienzos de curso, cuando plantaron un árbol en la parroquia con la ayuda del párroco, Francisco Maya, y del sacerdote que acompaña a la tropa, José Moreno Losada. «Era una forma concreta de sensibilizar, es importante que ellos vean que pueden hacer cosas concretas para mejorar el mundo».
En esa misma línea de actuación se encuadraba la acción de ayer, que fue planificada a comienzos de esta semana después de que José Moreno Losada colgara en Internet un vídeo en el que se apreciaba la gran cantidad de suciedad que afeaba los merenderos existentes junto al río Gévora, a medio camino entre Badajoz y la pedanía de Gévora.
En esa grabación se podían ver botellas vacías, bolsas, vasos y otros residuos que parecían haber sido dejados allí tras un botellón o un día de campo. «¿Nos corregimos?», podía leerse en el mensaje publicado por el sacerdote, que rápidamente comenzó a recibir comentarios de personas que mostraban su indignación y se ofrecían para ponerle remedio.
El primero en dar un paso al frente fue un pescador y tras él comenzó a organizarse una brigada ciudadana que ayer se acercó al merendero para devolver el decoro a la zona. «Lo que más me sorprendió es que había un enorme cartel en el que se leía 'No dejen basura en el entorno del Guadiana'. Un cartel al que no habían hecho caso», reflexiona Moreno Losada, que ayer participó en la limpieza del paraje fluvial disfrazado de payaso, como suele hacer en las actividades que realiza con niños
La contundencia del vídeo era tal que en pocos días acumuló miles de reproducciones y multitud de comentarios. «Se trataba de mostrar que hay otra ciudadanía, familias y personas comprometidas que estaban dispuestas a recorrer unos pocos kilómetros para conseguir que ese lugar natural vuelva a estar limpio».
«Nuestro método de trabajo consiste en ver, juzgar y actuar. Se trata de ir analizando la realidad con la intención de cambiarla», añade Finibus, que valora la oportunidad de trabajar valores como el de la ecología con los chicos de la Tropa Solidaria. «Para mí es una oportunidad única porque estos chicos tienen una formación que va más allá de la catequesis. Aquí aprenden los valores cristianos y ven que esos valores no sólo consisten en ir a misa sino que implican también pasar a la acción para que realidades como la de este merendero cambien para mejor».
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Melchor Sáiz-Pardo
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