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Las pelotas de padel en las mesas y sillas del Suárez Somonte amortiguan el ruido. :: j. m. romero
El Suárez Somonte se apunta a la inclusión

El Suárez Somonte se apunta a la inclusión

La madre de un niño con autismo agradece las medidas que se toman en este colegio para que su hijo y otros pequeños se sientan uno más

Lunes, 27 de enero 2020, 09:43

Juan Manuel es un niño de 6 años alumno del colegio Suárez Somonte. Actualmente cursa primero de Primaria. Cuando tenía 18 meses, su madre, Lola Maldonado, notó que podría tener autismo. Y fue así. A partir de ese momento se volcó en su hijo, en su educación, en sus cuidados...

Pero no solo ella. El centro educativo al que acude todos los días el pequeño Juan Manuel se ha convertido en un verdadero ejemplo de inclusión, una segunda casa para él. Un lugar donde lo quieren, lo miman, lo cuidan y hacen todo lo que pueden para que el niño se sienta lo mejor posible. Y sobre todo, para que sepa y sienta que es igual que el resto de alumnos.

La directora del colegio Suárez Somonte, Isabel Mateos, explica a HOY que una de las iniciativas que se llevan a cabo para conseguir la total y verdadera inclusión de todos los alumnos del centro, incluido Juan Manuel, se llama Diverpatio.

Resalta la labor de los profesores Javier Casares y Sheila Ramos y de la directora Isabel Mateos

Juegos que se desarrollan en el patio, en los que participan todos los niños del colegio. Una iniciativa que se hace en colaboración con alumnos de la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Mérida (EASD). «Vamos a procurar que todos los niños se integren en estos juegos. Es lo que queremos conseguir».

Los alumnos de sexto curso serán los que se encarguen de dirigir estos juegos. Al mismo tiempo, formarán a los que ahora cursan quinto para que el año que viene estos también puedan dirigir. «Con este proyecto de innovación al mismo tiempo también conseguimos integrar a niños que, por alguna circunstancia, pueden estar un poco más aislados en el recreo», insiste.

Isabel declara que ya se han comenzado a hacer los dibujos en el patio por parte de los alumnos de la Escuela de Arte para que los niños puedan jugar. Unos murales lúdicos con juegos que permiten desarrollar habilidades sociales con los que los niños se entretengan durante el recreo. «Quedan pendientes algunos dibujos que harán los padres de los alumnos del colegio. Los intentarán terminar cuanto antes para poner en marcha los juegos en el mes de marzo». En una primera fase se van a desarrollar cinco murales en el suelo con juegos como la rayuela, la escalera, el laberinto, el gusano matemático y el caminante matemático.

Con la llegada del buen tiempo los alumnos de sexto curso serán los encargados de involucrar en cada juego a una clase distinta, al mismo tiempo que se va integrar a estos niños, que siempre se quedan un poco aislados en el patio a la hora del recreo.

Explica la directora que esta iniciativa se hace a partir de un proyecto de innovación presentado por el profesor de educación física, Javier Casares. Este también ha participado en un proyecto llamado Innovated, de la Junta de Extremadura. Se encarga de aplicar las nuevas tecnologías a través del aula. «Con niños con necesidades educativas especiales, a través de tablets, se comunica a través de pictogramas».

Además de estas iniciativas, la profesora de primer curso de Primaria, Sheila Ramos, captando la idea que había visto en otro sitio, se encargó de pedir al club deportivo Padelmerida un montón de pelotas, alrededor de 225, que ya no servían para jugar.

El uso que a partir de ahora se le iba a dar era muy diferente. Estas se han puesto en las patas de las sillas y de las mesas para que los niños, cuando se mueven o se levantan de sus sitios, no hagan tanto ruido con estos muebles. Ruido que molesta mucho a niños como Juan Manuel.

«Ella había observado que cuando los niños rodaban las sillas o las mesas por el suelo, Juan Manuel y otra niña que hay en esa clase con necesidades educativas especiales se tapaban los oídos con las manos porque les molestaba mucho el ruido que se armaba en clase».

Medida muy eficaz

Isabel indica que además de esta medida, que ha resultado ser muy eficaz y que no descartan ampliar a otras estancias, se han colocado por todo el colegio carteles con dibujos muy sugerentes y pictogramas que puedan identificar fácilmente este tipo de niños.

Lola, la madre de Juan Manuel, asegura que no tiene palabras de agradecimiento al colegio por todo lo que están haciendo por su hijo. «No sabré nunca como agradecerles lo que hacen por él. Cosas como estas hacen que mi hijo, cuando se levante por la mañana, me diga que se siente feliz y que le gusta ir al cole. Y eso es lo que realmente a mí me hace feliz. Verlo bien y animado. Por eso agradezco a todos los profesores, padres, alumnos y amigos de Juan Manuel que lo traten como a uno más, aunque sea un niño muy especial».

También desvela que a través de la madre de Juan Manuel, Lola Maldonado, se han apuntado a una iniciativa para que, a través de la asociación de padres de personas con autismo de Badajoz (Apnaba), puedan acudir al cole a dar charlas sobre autismo.

«Todas las cosas que nos van surgiendo y que podamos hacer por nuestros alumnos lo hacemos», confirma Isabel.

Aparte de Juan Manuel y de otra compañera de clase, en este colegio hay otro tercer alumno que tiene necesidades educativas especiales. En total son tres. Tres alumnos que, gracias a iniciativas que ponen en marcha sus profesores, se sienten como uno más y en ningún momento, diferentes.

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