efe
Sábado, 9 de septiembre 2017, 07:00
La fundación extremeña Atabal colabora con la organización Don Bosco Fambul para dar cobijo a familias y niños que se han quedado sin hogar tras las graves inundaciones de este verano en Sierra Leona, que han causado más de 400 muertos.
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La presidenta de Atabal, Peligros Folgado, informa que los afectados pueden acudir a las instalaciones habilitadas por Don Bosco Fambul en Freetown para comer y pernoctar.
La catástrofe provocada por las lluvias ha hecho que se habilite un espacio en los patios de la casa, con tiendas de campaña cedidas por Acnur, para más de 300 familias, personas que se han quedado en la calle tras la riada, además de los chavales sin hogar con los que ya trabajaba la Fundación Atabal.
Según Folgado, como ya ocurriera en una catástrofe anterior, se han habilitado además los pasillos de las instalaciones para que los que no puedan estar en las tiendas duerman en colchones y sacos.
A falta de la reconstrucción de las viviendas, una ardua tarea, son muchas las familias que necesitan esta acogida.
Folgado subraya que después de que el ébola dejara a muchos niños solos en las calles de Freetown, las riadas de este verano han hecho incrementar el número de jóvenes huérfanos sin hogar, lo que hace aún más necesaria este tipo de iniciativas.
Además, las condiciones en las que han quedado muchas calles de ciudades de Sierra Leona, con agua estancada y riesgos de más derrumbes, suponen un peligro añadido para los jóvenes que ya vivían sin hogar.
5.000 euros
Ante esta catástrofe, Atabal ha abierto una cuenta corriente que en pocos días ya había conseguido 5.000 euros.
Estas lluvias han hecho que el autobús que tiene la fundación desde el pasado abril para atender a los menores, donado por la empresa Tubasa y cuyo proyecto apoya el Ejecutivo extremeño, haya tenido que parar debido a las muchas arterias cortadas.
Atabal, que lleva 15 años en el país africano con iniciativas en materia de salud y educación, ha presentado a la Junta de Extremadura un proyecto para su subvención, aunque más ampliado, para dar salida educacional o laboral, según la edad, a los chavales que se acercan al autobús.
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Folgado incide que el problema ahora ya no es solo atender a los niños sin hogar y darles una salida formativa y laboral, sino buscar una solución a las familias que se han quedado sin vivienda.
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