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José Cruz, a la izquierda de la imagen, con el grupo de voluntarios que trabaja para ayudar a los refugiados.
José Cruz, un extremeño concienciado con la crisis de los refugiados

José Cruz, un extremeño concienciado con la crisis de los refugiados

Este villafranqués, que hace del voluntariado su modo de vida, acaba de estar en Atenas colaborando con la Plataforma SOS Refugiados

Antonio Ortiz

Miércoles, 23 de agosto 2017, 08:23

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La crisis de los refugiados que vive Europa sigue su camino tortuoso y lleno de dificultades. A poco menos de un mes del plazo acordado con la Unión Europea, que expira el próximo 26 de septiembre, faltan por llegar a España 15.613 solicitantes de asilo. Mientras tanto, hay personas que se mueven por el mundo para concienciar a la población española sobre el drama que viven.

Una de ellas es José Cruz, que ha estado durante dos semanas en Atenas realizando un voluntariado de ayuda a los refugiados sirios.

A través de Internet contactó, en Atenas y a título personal, con la Plataforma SOS Refugiados y fue así cómo comenzó a trabajar con voluntarios griegos. Todo esto gracias al Gobierno griego, que les cede un inmenso pabellón convertido en almacén. Allí pueden guardar alimentos que luego envían a los campos de refugiados de Atenas.

José Cruz pertenece a Solidaridad Internacional desde 2003. Esta oenegé tiene una filial en Sevilla llamada A.P.Y. (Apoyo al Pueblo Yugoslavo). Él también es el delegado de esta oenegé en Extremadura desde 2009. Con ambas ha participado en Proyectos de Cooperación Internacional en Marruecos, Senegal, Nicaragua y Perú. Y por último participó en otro proyecto, en Nepal, en 2012, pero esta vez con otra organización llamada Setem, con sede en Madrid.

La experiencia

José Cruz eligió Grecia para desarrollar mejor su labor por motivos estrictamente logísticos, ya que en su capital, Atenas, "todo es más accesible. Unas 164.000 personas han llegado a Grecia en lo que llevamos de año, según datos de ACNUR. Sus planes truncados de continuar viaje hacia Europa han provocado que un buen número de ellos cerca de 60.000- se hayan quedado atrapados entre las fronteras cerradas del norte y el mar que les separa de sus países de origen.

Algunos son ubicados en campamentos gestionados por ACNUR y oenegés. Sin embargo, muchos de ellos, entre 4.000 y 8.000 personas, han terminado recalando en lo que se conoce como squat. Se trata de centros ocupados, generalmente edificios públicos no utilizados del centro de Atenas, como escuelas, aunque también hay hoteles y edificios abandonados. La iniciativa de ocuparlos ha partido de movimientos civiles y activistas de la izquierda griega, apoyados en una importante red de voluntarios locales y extranjeros, principalmente españoles. Estos centros, unos 12 en la actualidad en Atenas, son gestionados por SOS Refugiados y alojan a entre 300 y 400 personas cada uno, procedentes principalmente de Siria, aunque también de otras zonas de conflicto como Afganistán, Irán, Iraq.

Uno de los más curiosos se denomina Single Man (Hombres Solteros) por ser el único no mixto, y donde José Cruz recibía clases de inglés. El último edificio rehabilitado para squat en la capital lleva el nombre de Victoria, una especie de oficina de coordinación. Hay una realidad que todo el mundo conoce allí: sin los voluntarios, los squats no serían posibles, y sin los squats, esta gente estaría en la calle.

Lo que José valora más de esta experiencia es que hay colaboración entre todos. Ha aprendido que el conflicto de Siria es muy complejo y que los refugiados no tienen ninguna esperanza de volver a su país. Son los griegos, sobre todo, los que tienen la carga mayor. Lo viven con conformismo, pensando que no pueden dejar desamparadas a estas personas, concluye José.

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