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Damián Jesús Niso Chaves, director de Cáritas Diocesana. HOY
«Necesitamos un voluntariado que supere la barrera de la buena voluntad y promueva la acción de calidad»

«Necesitamos un voluntariado que supere la barrera de la buena voluntad y promueva la acción de calidad»

Damián Jesús Niso Chaves, director de Cáritas Diocesana nos habla de la acción de Cáritas en España y en el mundo, haciendo hincapié en la figura del voluntario como principal vehículo de la acción solidaria de Cáritas

fidel enciso durán | el fariseo informa

Jueves, 30 de mayo 2019, 07:44

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Damián Jesús Niso Chaves ha desarrollado funciones en la Delegación de Familia, en la Delegación de Pastoral Penitenciaria; y, a lo largo de su trayectoria como voluntario en Cáritas, ha formado parte de la Comisión Permanente, como responsable del departamento de formación y animación, del Equipo Directivo y del Consejo Diocesano. Fue nombrado Director de Cáritas Diocesana de Coria-Cáceres el 3 de febrero de 2018, por el obispo don Francisco Cerro Chaves, tras el cese de José Manuel López Perera que había ejercido su cargo durante 23 años.

-¿Qué es Cáritas y cómo surge? ¿Cuál es su finalidad?

-Cáritas, de manera general, y como se dice siempre, es la confederación oficial de entidades de acción caritativa y social de la Iglesia católica. Pero va más allá de esto, es la expresión del amor de la Iglesia por los más desfavorecidos, los últimos de la sociedad. A nivel histórico, fue tras la II Guerra Mundial cuando Cáritas empezó a intensificar su actividad y cuando se constituye como Conferencia Internacional. Más concretamente, Cáritas Española fue instituida en 1947. Como objetivo principal, se planteaba la realización de la acción caritativa y social de la Iglesia en España y durante mediados de los años 50, gestionó la ayuda social, el famoso Plan Marshall. Desde Cáritas, promovemos el desarrollo integral de las personas y los pueblos, especialmente de los más pobres y excluidos. La persona es el centro de nuestra acción. Defendemos su dignidad, reconocemos sus capacidades e impulsamos sus potencialidades. Trabajamos por la justicia y la transformación de las estructuras injustas como exigencia del reconocimiento de esa dignidad de la persona, tan sumamente importante, y de sus derechos. A través de los miembros confederados, las 70 Cáritas Diocesanas, en Cáritas se trabaja alrededor de todo el territorio coordinando, orientando y promoviendo la acción caritativa y social.

-¿Cualquier persona que esté necesitada puede dirigirse a ella? ¿Cómo debe hacerlo?

-Cáritas trata de estar cerca de los que más lo necesitan, ofreciendo ayuda en diferentes ámbitos. Cualquier persona, sin tener en cuenta su religión, nacionalidad, color de piel o etnia puede acercarse a los servicios de Cáritas en las Parroquias o en los Servicios Generales. La mayoría de las parroquias tienen constituida su Cáritas parroquial y desde aquí se puede acceder para establecer contacto.

-¿Qué repercusión tiene Cáritas en nuestra sociedad?

-En 2017, Cáritas Española en sus 70 Cáritas Diocesanas y a través de la acción de 84.000 voluntarios y 5.000 trabajadores atendió a 3 millones de personas vulnerables y en situación de exclusión social mediante el acompañamiento. Con ellas, llevamos a cabo la acción social, promoviendo el empoderamiento de las personas para que defiendan sus derechos humanos en tres ámbitos principalmente, los tres ámbitos del desarrollo integral: necesidades básicas, sentido de la vida y participación social. Pero actuamos en otros ámbitos también. Para Cáritas, la economía solidaria es un reto, pero también una realidad. Apostamos por ella y por eso desarrollamos proyectos que ponen a las personas en el centro de la actividad económica, facilitándoles el acceso a un trabajo digno. Defendemos una economía solidaria al servicio de los derechos humanos y que priorice el cuidado del planeta. En cuanto a la dimensión Universal de la Caridad, Cáritas se reafirma: no conoce fronteras y llega a las personas más empobrecidas del planeta, siempre a través de las iglesias locales y las Cáritas hermanas con las que trabajamos, llevando a cabo proyectos de Cooperación Internacional. Además, estamos presentes junto a los pueblos y comunidades que sufren emergencias. Actuamos antes, durante y después del desastre, conflicto o crisis humanitaria, trabajando para mejorar la capacidad de respuesta y lograr una rápida recuperación.

-¿Cáritas recibe alguna subvención por parte del Estado?

-Las Cáritas españolas reciben el 27 % de sus aportaciones de administraciones públicas, ya sea a nivel europeo, central, autonómico y local. Siendo, la mayoría del apoyo privado, cuya fuente son socios y donantes particulares, empresas e instituciones, que aportaron el 73% de los recursos manejados por la Confederación, según datos última memoria publicada en 2018, y sin los cuales resultaría imposible llevar a cabo el trabajo por los más desfavorecidos.

-¿Cree que Cáritas puede atraer a los jóvenes? ¿De qué forma? ¿Cuál es el papel de los voluntarios?

-En estos momentos la confederación de Cáritas en España cuenta con 84.000 voluntarios, alrededor de 800 en nuestra Diócesis de Coria-Cáceres que nos permiten llegar a cada pueblo, cada barrio, cada calle. La figura del voluntario es indispensable. Se necesitan personas que estén más cerca de la realidad de injusticia y pobreza para poder desarrollar nuestra misión. La implicación de los jóvenes es necesaria, la regeneración del voluntariado en nuestra institución debe producirse y los valores de solidaridad, gratuidad e igualdad deben ser la base social principal. Si todos deseamos un mundo más justo debemos implicarnos en ello. El proyecto de Cáritas es posible y necesita de un voluntariado comprometido, que crea en el cambio social y que avance hacia una sociedad más justa. Se trata de aportar a la sociedad, no sólo desde las tareas realizadas, sino también desde las actitudes expresadas. Hay que tener disponibilidad, para la acción y para la formación, superar la barrera de la buena voluntad y promover una acción de calidad. Nuestro voluntariado también necesita tener capacidad de organizarse, de participar desde respuestas colectivas frente al individualismo preponderante. El nuestro es un voluntariado en proceso, con motivaciones muy diferentes y que se va haciendo día a día... Pero es, en definitiva, un voluntariado coherente desde la acción y que va creciendo, avanzando en su dimensión humana y cristiana. Cualquier persona interesada puede dirigirse a los Servicios Diocesanos de Cáritas para conocer e implicarse en la tarea del trabajo por la justicia.

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