Juguetes para todos pese al coronavirus

Son las siete menos veinte de la fría mañana del 6 de enero. Los niños corren al salón para descubrir que los Reyes Magos han pasado por casa. Pero no todas las familias pueden disfrutar de esta jornada, especialmente en un año en el que la crisis sanitaria del coronavirus ha causado también una crisis económica. Para esos casos, en Mérida se han multiplicado en los últimos años las iniciativas solidarias que pretenden paliar esas carencias.

Este año se ha sumado la asociación Impulso, que fue creada en 2020 por siete empresarios y que en menos de doce meses ya cuenta con 98 asociados en la capital autonómica y en localidades como Don Benito, Almendralejo, Villafranca de los Barros, Montijo y Calamonte. Su crecimiento le llevará a abrir delegaciones en otras ciudades de la región.

Impulso nació con un doble objetivo. Por un lado, fomentar la colaboración entre las empresas locales. Por otro, llevar a cabo iniciativas solidarias, como la que permitió recaudar más de 12.000 euros en apenas dos meses para recabar material sanitario para hacer frente a la covid-19. Con ese mismo fin, el 14 de diciembre se puso en marcha la campaña 'Ningún niño sin juguete' con la intención de llegar a 250 regalos para entidades benéficas.

Impulso ha recaudado algo más de 5.600 euros. Víctor León, presidente de la entidad, señala que se han comprado 208 regalos en un establecimiento tradicional de la ciudad. La media es de casi 27 euros, lo que asegura calidad. «Queríamos que fueran juguetes que ilusionaran», explica.

Las donaciones han procedido en un tercio de la propia asociación, en otro tercio de empresas de la ciudad y en otro tercio de particulares, principalmente pequeñas aportaciones de 5, 7 y 10 euros. La pandemia ha condicionado la campaña, ya que en principio se esperaba disponer de juguetes nuevos o de segunda mano en buen estado, pero las autoridades sanitarias desaconsejaron esa opción.

Impulso repartió en la tarde del día 5 los juguetes entre seis asociaciones de la ciudad que trabajan con colectivos desfavorecidos. Se trata de las Cáritas de San Antonio y Los Milagros y las entidades Mérida Solidaria, Provida, Mujeres sembrando y la Conferencia de San Vicente de Paúl. Desde ahí se lleva a cabo la entrega a las familias, también con las condiciones que impone la crisis de la covid.

Lola Carvajal, de Provida Mérida, señala que este año no se puede realizar un acto de entrega a los niños de las familias necesitadas, sino que se cita a los padres uno a uno para que puedan recoger los regalos. Hoy está previsto repartir los juguetes donados por Impulso junto con lotes de comida o enseres. Esta asociación ayuda a mujeres que se plantean abortar por falta de recursos económicos, lo que implica colaborar con leche maternizada, pañales, potitos, ropas, sillas de paseo, cunas, bañeras, tronas... Se trata de productos para niños de hasta 2 años, aunque la colaboración se mantiene a partir de esa edad en cuestiones como el reparto de juguetes.

Pero Provida, al igual que otras asociaciones benéficas, no solo recibe juguetes de Impulso. Tradicionalmente cuenta con la colaboración de Cooperación internacional y este año también ha contado con la colaboración de la Federación Empresarial de Mérida y comarca (Femec), que aportó más de 50 juguetes.

En todos los casos los juguetes suelen adaptarse a la edad y género del niño que lo va a recibir, lo que requiere un gran trabajo previo de organización. Algo en lo que tiene experiencia Cruz Roja Mérida, que este año ha repartido 150 juguetes para niños de familias necesitadas.

«Ha sido fantástico», afirma Lorena Pérez, responsable de la campaña. «Nuestra función es ser pajes que ayudan a los Reyes a poner una sonrisa en la cara de esos niños».

Según explica, se trata de donaciones de particulares y empresas, así como comprados con fondos de otras campañas. En todos los casos son juguetes nuevos, para que no se pierda la ilusión. Los voluntarios se encargan de recogerlos y envolverlos. El reparto tuvo lugar el día 4 entre familias remitidas por Servicios Sociales y usuarios habituales de la entidad. La reacción de los niños y el agradecimiento mostrado de los padres animan a seguir con esta iniciativa en los próximos años. «Por esto soy de Cruz Roja» , afirma Pérez.