En su vida fuera de prisión ni Ana Belén Regis ni Noelia Montañés habían sentido curiosidad por ese deporte de gente paciente y un poco metódica que es el ajedrez. Siete y tres meses después de empezar a practicarlo se reconocen enganchadas por la disciplina mental que les ha enchufado este juego y la pasión por hacerse con el control de la situación y dar jaque mate. Ambas participan en el programa 'Nuestro ajedrez reinserta' del Club Magic Extremadura, una iniciativa que cumple una década de vida en los centros penitenciarios de Cáceres y Badajoz.
Este jueves, en la cárcel de Cáceres se celebró una gala para conmemorar esta efemérides en la que han participado en total unos 800 reclusos, que han encontrado en este universo de piezas y jugadas una salida al laberinto mental que supone cumplir condena. «Yo me apunté por tener una ocupación y por salir del módulo», reconocía Ana Belén. «Me gusta, me hace respetar a los demás y tener más paciencia», aseguraba mientras reconocía que, antes de esta experiencia, «no conocía ni las fichas».
No era un día cualquiera en el aula donde suele desarrollarse esta actividad todos los martes y jueves durante dos horas. Los 20 jugadores reclusos que forman parte de esta experiencia eran el centro de atención de un acto al que acudió la atleta Sonia Bejarano, directora gerente de la fundación Jóvenes y Deporte, que financia esta actividad. También estuvo el gran maestro Manuel Pérez Candelario, que llevó a cabo partidas simultáneas, y el presidente del club Magic Extremadura, Juan Antonio Montero. Para Noelia, que no deja de sonreír en ningún momento, el ajedrez le ha dado alas. «Son cuatro horas en las que salgo del módulo, me gusta estar jugando», reconocía. Del grupo de participantes solamente seis son mujeres, aunque representa un porcentaje muy alto, ya que el centro penitenciario de Cáceres solamente cuenta con 24 mujeres, así que un 25% de ellas se ha interesado en profundizar en este juego. «Son muy buenas», resaltaba ayer Juan Antonio Montero.
Noelia Montañés, Reclusa
Ana Belén Regis, Reclusa
El proyecto del Club Magic de Extremadura tiene un objetivo pedagógico y también terapéutico. A los reclusos no solamente se les pone a jugar. Uno de los pivotes de la actividad es el entrenamiento cognitivo a través del ajedrez, una metodología propia que trata de estimular las funciones de atención, memoria y razonamiento de los internos. Este sistema ha sido patentado por el club extremeño y se practica en países, como México.
Otra de las patas sobre las que se sustenta la actividad es el pensamiento estratégico. «Ayuda a controlar los impulsos, a poder planificar las cosas», explicaba Juan Antonio Montero. También se enseña ajedrez puro y duro: movimientos, técnicas, práctica. ¿Es diferente el enfoque de enseñar ajedrez al reclusos respecto a cualquier otro tipo de población? Para Montero, cara a cara con las personas, no hay diferencias sustanciales.
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Jesús Eduardo Madrigal es uno de los más 'cracks' del grupo, según explicaban sus propios compañeros. Él, que paladea ya su libertad, ya que después de siete años en prisión termina su condena el próximo mes de abril, reconoce que no es nuevo. «Yo llevo muchos años jugando, me enseñó mi padre de pequeño y jugaba con mis hermanos», explica. Víctor Donoso, a su lado, muestra con orgullo un diploma de monitor de ajedrez enfocado al tratamiento de adicciones a través de esta práctica. «Me parece una buena forma de ayudar a los demás».
Las cita especial se extendió durante dos horas. Primero hubo una demostración práctica del entrenamiento cognitivo. Utilizando un tablero vertical elaborado con tela los participantes tenían que ir colocando y memorizando los movimientos. Hubo aplausos y vítores a los que lograban el objetivo. Y muchas sonrisas de satisfacción. Después de eso la deportista Sonia Bejarano les habló sobre cómo las estrategias del deporte se transfieren a la vida cotidiana, algo que intentan aplicar estos reclusos.
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Y por último, se desarrolló una simultánea con diez participantes en la que los internos de la prisión pudieron demostrar sus dotes y todo lo aprendido en estos tiempos. Por último hubo una partida 'a ciegas'. Medallas, aplausos y satisfacción pusieron el punto y final a este día.
Nahum Álvarez, el nuevo director del centro penitenciario de Cáceres, destacó la importancia de este tipo de iniciativas para la reinserción de los presos. Hay otros talleres en los que los reclusos pueden enrolarse. En distintos rincones del centro penitenciario pueden verse réplicas de monumentos extremeños creados a mano por personas que están cumpliendo condena. Álvarez se plantea exponerlos fuera de prisión.
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