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Redacción
Sábado, 22 de junio 2024, 08:14
El proyecto Laboratorio Vocacional Fab Lab se ha llevado a cabo durante este año en la Fundación Don Bosco de Mérida. El programa nació con el objetivo de dar continuidad al proyecto que se inició en el centro social del Ayuntamiento en el barrio de San Lázaro, con el fin de poder atender a jóvenes de 16 hasta 25 años que se encuentran en situación de vulnerabilidad y con bajo nivel formativo.
Esta actuación ha tenido una inversión de 30.00 euros y ha contado con el impulso de la Fundación 'La Caixa' en Extremadura a través de la Convocatoria de Proyecto Sociales.
El objetivo de la iniciativa ha sido creada para que jóvenes con abandono escolar temprano puedan retomar y superar con éxito su propio itinerario formativo. Este plan ha permitido que los jóvenes con baja o nula titulación académica hayan podido descubrir objetivos personales, profesionales y educativos a través de experiencias que les han permitido conocer diferentes perfiles profesionales, aprender competencias técnicas e introducir nuevas tecnologías y herramientas digitales. Todo esto ha favorecido la adquisición de habilidades sociales para la resolución de conflictos y el emprendimiento ante los diferentes problemas que se puedan encontrar.
El Laboratorio Vocacional comenzó el pasado mes de noviembre y finalizó a principios de junio. En este período se ha atendido a un total de 22 chicos y chicas, de los que 18 completaron todo el itinerario.
Durante estos meses de formación, los alumnos han podido aprender el uso de nuevas tecnologías para aplicarlas en las actividades de la vida cotidiana, diseño en dos y tres dimensiones, robótica inicial y diseño de videojuegos, entre otras. Esta formación se ha complementado con la de habilidades sociales y ocio y tiempo libre saludables.
Además, los alumnos han participado en el festival de videojuegos MagaFest de Mérida, fueron al Museo Helga de Alvear en Cáceres y realizaron talleres de orientación vocacional y laboral, así como sesiones de alfabetización para los jóvenes migrantes.
Todas estas acciones han permitido que los beneficiarios del proyecto hayan conseguido una mayor autonomía en su vida diaria, así como una activación y motivación por retomar la formación reglada e incluso para comenzar una vida laboral.
El Ayuntamiento emeritense ha proporcionado al proyecto financiado por la 'Fundación la Caixa' la cesión de espacios y de toda la maquinaria necesaria para realizar la parte técnica: ordenadores, impresoras 3D, máquinas de corte vinilo y gracias a la Fundación Caixa se ha podido contratar a los dos técnicos que han realizado el proyecto: Juan Fernando Paniagua como formador y María del Carmen Muñoz, la educadora que ha acompañado a los chicos en todo su itinerario.
Muñoz explica que Fab Lab ha sido una oportunidad para que los alumnos hayan podido crecer personalmente y confiar en su potencial. «Además, les ha permitido afrontar retos, metas y objetivos», añade.
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