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efe
Domingo, 19 de abril 2020, 08:30
Un total de ocho profesionales dan cobertura en Extremadura a 133 estudiantes con discapacidad visual que han retomado esta semana la vuelta al «cole virtual» tras las vacaciones de Semana Santa, para poder garantizar su inclusión en las aulas en estos momentos de cierre de los centros educativos por la pandemia de Covid-19.
Según informó la Organización Nacional de Ciegos (ONCE) en un comunicado, los profesionales de esta entidad impulsan tareas accesibles, junto a las comunidades autónomas, para «no dejar a nadie atrás». Esta labor se realiza online y «gracias a la imaginación y creatividad» que comparten profesorado, alumnos y sus familiares, así como a las plataformas accesibles con las que pueden intercambiar información que permita continuar el curso como unos estudiantes más.
Desde sus domicilios, los maestros de la ONCE se han adaptado a la situación y, gracias a las nuevas tecnologías, siguen manteniendo el contacto con el alumnado ciego o con discapacidad visual grave, a la vez que lo hacen con su profesorado habitual y tutores de sus centros educativos.
Conscientes de que los estudiantes están atendidos desde sus centros, e incluso pueden llegar a tener una gran carga académica, el equipo de docentes, técnicos y educadores y educadoras de la ONCE diseña boletines de actividades con ideas, materiales y temarios accesibles, la mayoría facilitados por los servicios bibliográficos de la Organización, que mantienen estos días su actividad para dar respuesta a estas necesidades.
También mediante medidas imaginativas como lo que llaman «dar luz al braille», que aplican en Granada: al terminar los deberes de cada día, hechos en braille por los estudiantes, los padres los fotografían, los pasan por WhatsApp a los profesores de la ONCE, estos los transcriben, los devuelven y están listos ya para enviar a sus coles, como el resto de alumnos.
Además de las tareas habituales, se suman actividades lúdicas, manualidades y recetas de cocina que permiten al alumnado pasar tiempo en familia y al mismo tiempo divertirse y familiarizarse con el uso de las nuevas tecnologías. Así, una maestra de Cádiz, por ejemplo, lee cuentos todas las noches a las 20.15 horas, tras los aplausos; otro grupo de Aragón diseña un periódico semanal entre todos, con noticias positivas.
El equipo educativo específico de la ONCE se reúne cada semana para organizar el trabajo que posteriormente envían a las familias. Ponen sus ideas en común y de ahí salen los boletines de actividades. «Se trata de un buen complemento que les permite adquirir los conocimientos de sus diversas asignaturas y, en su caso, habilidades y destrezas de la vida diaria, proponiendo la implicación de los alumnos y alumnas en la cocina y la colaboración en las tareas del hogar», asegura la responsable de servicios sociales de la ONCE en Extremadura, Rosa Camacho.
«A estos días de confinamiento, también hay que sacarles la parte positiva, potenciando la imaginación y creatividad de nuestros profesionales, aprovechando y aprendiendo a usar al máximo las nuevas tecnologías, compartiendo recursos y experiencias, y dando la oportunidad a las familias de aprender con sus hijos nuevas formas de afrontar las tareas diarias», subraya. «Las videollamadas son de una gran utilidad en estos momentos de confinamiento. De esta forma se sienten un poco más cerca de sus alumnos, profesores y familias», concluye Rosa Camacho, antes de afirmar que es la forma de que nadie se quede atrás estos días.
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