Un Centro Especial de Empleo en Don Benito fabricará 350.000 mascarillas al día

Un Centro Especial de Empleo ubicado en la localidad pacense de Don Benito, en el que el 90% de los trabajadores tienen alguna discapacidad reconocida, se ha convertido en la primera industria especializada de Extremadura en la fabricación de mascarillas quirúrgicas.

La falta de abastecimiento de estos elementos de protección frente a la covid ha llevado a esta empresa de material fotográfico a reconducir parte de sus instalaciones. Una iniciativa empresarial que surgió en abril y que, desde esta semana, es ya una realidad con la producción diaria de alrededor de 350.000 mascarillas de tipo quirúrgico. «Algunos empresarios decidimos que se podía hacer algo en este situación y no sólo mirar pasivamente que faltaban recursos, sino que quizás podíamos ponernos a trabajar en generar esos recursos que hacían falta», explica Juan Francisco Sánchez, empresario extremeño y responsable técnico de Pi Medical, nombre de esta entidad pionera a nivel regional.

Para la producción, la empresa cuenta con alrededor de 500 metros cuadrados y varias máquinas, además de medio centenar de trabajadores en un proyecto que apuesta por la inclusión. «En el 90% de los casos el personal tiene una discapacidad reconocida, es un centro especial de empleo. Arrancamos esta semana con 20 personas y cuando el proyecto esté al máximo será en torno al medio centenar», afirma el responsable técnico que añade que «si una persona sin discapacidad lo tiene difícil para encontrar empleo, hay que pensar que una persona con discapacidad lo tiene todavía más complicado por cierto estigma que no acabo de entender».

En estos primeros días la capacidad de producción será algo menor, pero cuando alcancen el 100% calculan que podrán fabricar unos diez millones de mascarillas al mes para abastecer las necesidades a nivel regional y nacional. De hecho, el Ayuntamiento de Don Benito realizó la primera compra de más de 100.000 unidades. Se trata de mascarillas quirúrgicas tipo 2R, que significa que aguanta salpicaduras de sangre y es la que, por ejemplo, utilizan los médicos para operar. «Hemos conseguido un valor de filtración bacteriana y vírica del 99,85 por ciento, que es muy alto, y con una respirabilidad muy buena», aseguraba Sánchez durante la presentación oficial de la fábrica, que contó con la presencia del presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara; el consejero de Sanidad, José María Vergeles; y otros representantes a nivel local, provincial y regional.

La mascarilla quirúrgica es su principal baza, aunque también fabricarán con una producción menor otras del tipo FPP2, alcanzando alrededor de un millón de unidades al mes. Elementos que van dirigidos al mercado nacional, ya que han cerrado acuerdos con distribuidores con los que han alcanzado importantes compromisos de entrega de varios millones de mascarillas.

Para ella, la pandemia ha provocado además un cambio de la mentalidad empresarial. «No podemos depender de que cambie la legislación en un tercer país para que aquí haya un suministro y, además, hay que crear riqueza en España. Tenemos que crear fábricas, trabajo y ser menos dependientes en todos los sectores. Por ejemplo, la falta de un sector textil mucho más desarrollado ha impedido que fuéramos más rápido en la producción», lamenta.

En ese sentido, Fernández Vara valoró de forma positiva que empresarios de varias comunidades se hayan unido para dar forma a este proyecto que tendrá su centro de operaciones en la región: «Es muy buena noticia para Extremadura, para Europa y para los que sabemos que dependemos de nosotros. Me gusta que sea un proyecto común porque así se construye país y agradezco la apuesta que hacéis por Extremadura y que entre todos consigamos que este país salga hacia adelante».