jaime panadero
Miércoles, 4 de marzo 2020, 09:46
Persianas y muebles que suben y bajan solos, luces que se encienden de un color o de otro si llaman al telefonillo o salta la alarma de incendios, o espejos que se inclinan para adaptarse a la altura de una persona que va en silla de ruedas. Son solo algunas de las novedades incluidas tras la reforma que se ha realizado en la vivienda adaptada de la Facultad de Enfermería y Terapia Ocupacional de la UEx.
La universidad extremeña fue una de las pioneras en España en contar con este recurso para la formación práctica de sus alumnos, y ahora ha sido también una de las primeras en incorporarle domótica. El objetivo sigue siendo el mismo: mostrar a los futuros terapeutas ocupacionales las posibilidades que ofrece el mercado para facilitar la vida doméstica a personas con discapacidad.
La vivienda está dividida en tres depedencias: cocina, dormitorio y baño. Hasta ahora, contaba con instrumentos básicos, como sillas de ruedas, andadores o una cama eléctrica articulada, que empezaban a ser insuficientes ante el trepidante avance de la tecnología.
Por esa razón, el equipo decanal decidió apostar por su remodelación entre sus actuaciones para mejorar la facultad. La reforma ha sido financiada gracias a fondos propios de la UEx y fondos europeos procedentes del programa de financiación de infraestructuras universitarias de la Consejería de Educación, y coordinada por la Unidad Técnica de Obras y Mantenimiento, dependiente del Vicerrectorado de Economía.
Trinidad Rodríguez, profesora del Grado en Terapia Ocupacional, ha sido una de las docentes que ha colaborado en la obra y que defendía la necesidad de actualizar estas instalaciones: «Nuestros alumnos van a salir al mundo real, y en el mundo real esto ya existe. Hace años podía parecer ciencia ficción, pero ya no lo es. Ellos van a tener que proponer soluciones actuales y modernas, y es importante que las conozcan aquí antes. Ahora van a salir más preparados al mercado», argumenta.
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Para ella, la vivienda adaptada es su 'laboratorio' particular. Lo utiliza principalmente en la asignatura 'Tecnología de la rehabilitación, ayudas técnicas y ergonomía', que imparte en el segundo semestre del segundo curso. «Venimos en pequeños grupos de alumnos y hacemos simulaciones, donde vemos los pros y los contras de cada producto. Ellos aquí son felices, porque es la primera experiencia práctica que tienen en la carrera y se empiezan a ver ya terapeutas ocupacionales», comenta.
Las modificaciones que han realizado son innumerables. Para empezar, se ha instalado una pequeña pantalla en cada una de las estancias desde la que se podrá controlar los elementos domotizados que contenga. Todas las persianas del apartamento pueden subirse y bajarse a través de ella, evitando el problema que supone hacerlo para una persona en silla de ruedas. De igual forma, las ventanas llevarán incorporado un motor que permitirá su apertura automática, al igual que la puerta de entrada.
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La ventaja de la domótica es que, una vez que se tienen los medios robotizados (hardware), se pueden personalizar como uno desee utilizando otras variables. Se podría programar, por ejemplo, que las persianas se suban automáticamente a una hora determinada, que se bajen si la temperatura exterior es demasiado elevada o que la ventana se abra si percibe que la casa tiene demasiada humedad y necesita ventilación. Las posibilidades, por tanto, son infinitas.
Otros componentes de la vivienda, como la climatización, la televisión, los enchufes o las placas de vitrocerámica, también serán monitorizados. A estas últimas, además, se les incluirá una orden de apagado automático cuando lleven demasiado tiempo encendidas.
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Todas las funciones incluidas en este sistema domótico van a operar de forma complementaria a través de mensajes de voz, una herramienta pensada para las personas que tengan problemas de movilidad en las manos. Con un simple comando hablado («Encender luz cocina»; «apagar enchufe 1»; «subir volumen televisión»), podrá manejar cualquier objeto sin necesidad de manipular un dispositivo electrónico.
Para las personas con problemas de audición se ha creado otra solución: una luz en cada dependencia con la particularidad de que es atenuable y puede variar su color. De esta manera, ofrecerá una respuesta visual como sustituta de las alarmas técnicas convencionales. Es decir, se iluminará de color verde si alguien llama a la puerta o parpadeará en rojo si detecta un incendio.
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Además, uno de los muebles de la cocina se podrá desplazar hacia abajo con el fin de que una persona en silla de ruedas pueda hacer uso de él. Servirá a modo de ejemplo, para que los alumnos puedan comprobar su utilidad.
Trinidad Rodríguez advierte de que «todo lo que hay en la vivienda es una demostración, una especie de escaparate con soluciones para diferentes tipos de discapacidades». Por eso insiste continuamente a sus estudiantes sobre la importancia de adaptar estos productos de apoyo a las necesidades específicas de cada individuo. «Una persona sorda, por ejemplo, no va a precisar muchas de las cosas que hemos puesto aquí», señala la docente.
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Otra de las novedades estará en el baño. Pretenden sustituir el espejo actual por uno móvil, que se pueda inclinar y sea accesible para una persona en silla de ruedas. «Si esa persona viviese sola, se pondría fijo, al ángulo adecuado para ella. Pero al ser móvil, la idea es mostrar a los alumnos que muchas de estas medidas están pensadas para la convivencia entre personas que tienen una discapacidad y persona que no», asegura.
Hay que destacar, por otro lado, que es un sistema escalable, es decir, al que se le pueden integrar nuevos elementos más adelante. Y esa es precisamente la idea: ampliar la 'exposición' cuando se presente la oportunidad. Además, todos los productos incorporados son aplicables a viviendas privadas, ya que pueden encontrarse fácilmente en el mercado.
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Muchas de estas innovaciones son ya muy comunes en viviendas de lujo, pero el objetivo ahí es muy distinto: se busca la comodidad de sus inquilinos. «La domótica sirve para todo el mundo. La diferencia es que, mientras unos la instalan por el confort, para las personas con discapacidad puede ser la clave entre poder hacer algo o no», matiza la profesora. La tecnología, en este caso, se convierte en la mejor aliada para el ser humano: aquella que le otorga la independencia y la libertad que toda persona merece.
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