Aprender trabajando en un supermercado

Joaquín Montaño y Remedios Silva han estado durante los últimos cinco meses trabajando en el Carrefour de Cáceres. Para ambos, ha sido su primera experiencia profesional, y el resultado final no ha podido ser más satisfactorio. Han aprendido a desempeñarse como auxiliares de comercio en un supermercado, pero han ganado algo mucho más valioso: motivación, seguridad en sí mismos y ganas de seguir dando pasos hacia delante a nivel laboral.

Ellos han formado parte hasta esta semana del programa 'Aprender trabajando' que ha llevado a cabo un año más la delegación cacereña de la Fundación Secretariado Gitano. Es un programa de formación dual compuesto de 840 horas, y que se ha desarrollado en dos fases: una primera integrada por 20 alumnos que estuvieron formándose en competencias básicas durante el primer mes, y una segunda a la que accedieron 16 de ellos para desarrollarse en el perfil específico de auxiliar polivalente de comercio los cinco meses siguientes. Como el propio nombre indica, la idea no es solo adquirir habilidades y conceptos teóricos, sino también ponerlos en práctica en un entorno real de trabajo.

Los usuarios han estado tres días de la semana haciendo prácticas en diversos supermercados de la ciudad de Cáceres (Carrefour, Eroski o Unide han sido algunos de ellos) y los dos restantes recibiendo formación teórica acerca de materias concretas del sector comercial, como la gestión de pedidos online o nociones de marketing y merchandising, así como habilidades comunicativas, como la atención al público o la resolución de conflictos. Además, como novedad en esta edición, han contado con la presencia de una coach profesional, que ha podido trabajar con los alumnos aspectos psicosociales y motivacionales para ayudarles a tener más claros cuáles son sus objetivos de vida.

Cristo Vargas es el tutor del programa 'Aprender Trabajando'. Él ha sido quien ha estado más cerca de los alumnos en su día a día, y ellos solo tienen palabras de agradecimiento hacia él: «La verdad es que se ha portado muy bien con nosotros y nos ha enseñado muchísimo», asegura Joaquín Montaño. Para este joven, esta iniciativa le ha cambiado un poco la vida: «Yo antes no tenía confianza en mí mismo, pero ahora este trabajo me la ha dado. He estado muy cómodo en Carrefour, no he tenido ningún problema y he podido aprender mucho. Este programa es una experiencia que le recomendaría a todo el mundo, merece la pena hacerlo porque te cambia». Una vez finalizado este periodo formativo, tiene claro cuál es el siguiente paso que va a dar: «Ahora, a echar currículums».

Remedios Silva hará lo mismo, y espera que le llamen de alguna empresa. Aunque dice que le da igual dónde, preferiría que fuese en el sector del comercio, ahora que ya ha podido experimentar cómo es. A ella le ha sorprendido gratamente este programa: «Me metí en este curso un poco por probar, a ver cómo salían las cosas, pero la verdad es que estoy muy contenta. Tanto en la formación como en la prácticas he estado súper bien. Pensaba que no iba a aprender tanto pero sí lo he hecho, y me ha servido también para conocer gente», reconoce la joven cacereña.

Ella asegura que ha intentado siempre «hacerlo lo mejor posible» y que tanto sus compañeros de trabajo como el tutor le han ayudado mucho. Pero este programa le ha servido también para algo aún más importante: sentirse capacitada para desempeñar una labor así. «Ahora estoy muy ilusionada, porque me ha aportado ganas de encontrar un trabajo, de seguir hacia delante. Me da pena que se acabe ya«, admite.

El objetivo final de este programa es conseguir que las personas se inserten en el mercado laboral. «Tratamos de disminuir la brecha competencial o curricular de estos alumnos. En muchas ocasiones, poseen habilidades innatas para desarrollar estas actividades, pero a nivel formativo carecen del título que lo certifica«, explica Inma Márquez, responsable de la Fundación Secretariado Gitano en Cáceres.

Este programa es una de las muchas actuaciones que organiza la entidad para fomentar la empleabilidad de sus usuario. Todas ellas son parte «de un engranaje» mayor, el programa 'Acceder'. Parten de la premisa de que, logrando la incorporación efectiva de la población gitana al empleo, se estará un paso más cerca de alcanzar la plena inclusión de este colectivo en la sociedad. Según los datos que muestran en su web, van por buen camino: la Fundación ha conseguido ya más de 58.000 contrataciones a nivel nacional, y entre ellas hay que destacar que para el 27% de las personas era su primer empleo, por lo que confirma la importancia que tiene esta programa en el acceso al mercado laboral de la juventud gitana.

La finalidad general de la entidad es el «desarrollo integral del pueblo gitano». Para ello, una de sus prioridades es defender y asentar una visión de la población gitana alejada de los estereotipos, los prejuicios y los estigmas que en estos momentos siguen vigentes en parte de la sociedad. Además, lo ha hecho siempre apostando por la interculturalidad como una de sus señas de identidad: prueba de ello es que todas las actividades que ofrece están abiertas también a población no gitana.